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Cuando se planifica una reforma o construcción, es fundamental conocer la diferencia entre obra mayor y obra menor, ya que cada tipo de intervención requiere permisos específicos y cumple con normativas distintas. En este artículo, te explicamos qué se considera obra mayor, ejemplos concretos y qué licencias necesitas para ejecutar cada tipo de obra.

¿Qué se considera obra mayor?

Una obra mayor es una intervención en una edificación que afecta su estructura, volumen, uso o que implica una reforma significativa. Normalmente, estas obras requieren un proyecto técnico elaborado por un arquitecto o ingeniero, así como la aprobación de una licencia urbanística por parte del ayuntamiento correspondiente.

Obra mayor ejemplos

Algunos ejemplos de obra mayor incluyen:

  • Construcción de una vivienda o edificio nuevo.
  • Ampliación de una vivienda existente, añadiendo nuevas habitaciones o plantas.
  • Modificación estructural, como la demolición o reconstrucción de muros de carga.
  • Cambio en el uso del inmueble, por ejemplo, transformar un local comercial en una vivienda.
  • Rehabilitación integral de un edificio que implique la renovación de su estructura.
  • Instalación de ascensores en edificios antiguos.

Licencia de obra mayor

Para realizar una obra mayor, es imprescindible obtener una licencia de obra mayor, un permiso concedido por el ayuntamiento tras la presentación de un proyecto técnico detallado. Para solicitarla, se suelen requerir:

  1. Proyecto técnico visado por un arquitecto o ingeniero.
  2. Pago de tasas municipales.
  3. Memoria descriptiva de la obra y su impacto.
  4. Planos del estado actual y del estado reformado.
  5. Estudio de seguridad y salud.
  6. Autorizaciones adicionales en caso de afectar a edificios protegidos o zonas urbanísticas especiales.

El tiempo de tramitación puede variar entre uno y seis meses, dependiendo de la complejidad del proyecto y la normativa municipal.

¿Qué se considera obra menor?

Por otro lado, una obra menor es aquella que no afecta la estructura del edificio ni su uso, y suele implicar cambios estéticos o funcionales menores. Estas obras suelen tener una tramitación más ágil y, en algunos casos, solo requieren una comunicación previa al ayuntamiento.

Ejemplos de obra menor

Algunas intervenciones consideradas obra menor son:

  • Pintura interior o exterior de una vivienda.
  • Sustitución de revestimientos en suelos y paredes.
  • Renovación de instalaciones eléctricas o de fontanería sin afectar elementos estructurales.
  • Cambio de carpintería, como puertas y ventanas, sin modificar dimensiones.
  • Reformas de cocina o baño que no alteren la estructura del edificio.
  • Pequeñas obras en jardines o patios, como la construcción de pérgolas o muros bajos.

Licencia de obra menor

Para realizar una obra menor, generalmente se necesita una licencia de obra menor o una simple comunicación previa. En la mayoría de los casos, se requiere:

  • Memoria técnica de la intervención.
  • Presupuesto de la obra.
  • Pago de tasas municipales.
  • Autorizaciones especiales en caso de afectar elementos protegidos.

El tiempo de tramitación es mucho más rápido que el de la obra mayor, y en algunos casos, la ejecución puede iniciarse en pocos días tras la solicitud.

Conocer la diferencia entre obra mayor y obra menor es esencial para planificar correctamente cualquier reforma o construcción. Mientras que las obras mayores requieren licencias más complejas y tiempos de aprobación más largos, las obras menores pueden ejecutarse con trámites más sencillos. Antes de iniciar cualquier proyecto, es recomendable consultar con un profesional o con el ayuntamiento para asegurarse de cumplir con la normativa vigente.

 

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